Una nota de Isabel Pérez de la DGDC-UNAM sobre el tema del komil, disponible en:
http://ciencia.unam.mx/contenido/texto/leer/559/Bebidas_mexicanas_podrian_perder_su_nombre_original

Tan mexicanos como el picante, el tequila, el mezcal y el bacanora pertenecen a quienes los trabajan.

Sin embargo, cada tres a cinco años, el Consejo Regulador del Tequila y la Cámara de la Industria del Tequila, a través de una Norma Oficial buscan apropiarse de las palabras mezcal y agave, informó Erick de la Barrera Montpellier, del Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad de la UNAM.

En esta ocasión, intentan que los pequeños productores que no cuenten con el permiso de los consejos reguladores de estas bebidas se vean obligados a llamar “komil” a su producto.

Se trata de la NOM199-SCFI-2015, una norma disfrazada de “virtuosa” que promueven los tequileros y la Secretaría de Economía para quedarse con el patrimonio biocultural de México: los nombres de tequila, mezcal y bacanora, refirió el investigador.

Lo anterior, porque la denominación de origen de estos productos en el país tiende a la homogenización más que al rescate y protección de la diversidad.

Lo que hace esta Norma, explica de la Barrera, es favorecer a los grandes empresarios, monopolizando los nombres del mezcal, bacanora y tequila como denominación de origen, dejando fuera a los productores artesanales.

Indiferencia a la diversidad cultural

Esta situación, agrega el investigador, se ha dado en un contexto de dos vertientes. Por un lado, se encuentra el éxito que ha tenido la industria del tequila al fomentar que otras agroindustrias sigan su ejemplo.

Por el otro, está la legislación mexicana en materia de denominaciones de origen que en lugar de empoderar a la diversidad biocultural de México, favorece procesos de homogeneización que deterioran a dicha diversidad y beneficia a los grandes capitales.

Así, la derrama económica del tequila no tiene comparación con ninguna otra agroindustria nacional legal y se ha convertido en el estándar al que muchas aspiran, menciona el responsable del Laboratorio de Ecofisiología Agraria.

“La estandarización en sí no es mala. Al contrario, es razonable y deseable sobre todo para un producto de distribución masiva e internacional. Después de todo, el consumo de bebidas mal destiladas puede causar daños irreversibles a la salud; es conveniente pero no a costa del patrimonio biocultural de México”, sostiene Erick de la Barrera.

Y es que gracias al éxito del tequila, se ha mejorado la calidad de vida y se ha diversificado la economía de los municipios tequileros. Por ejemplo, el tequila es responsable de la industria turística que sostiene a uno de los dos trenes para pasajeros que sobreviven en México.

Denominación de origen del tequila

Cuando la Denominación de Origen del tequila se publicó en la década de los setenta se produjo un aumento gradual de la producción de tequila. De igual forma, en el momento que Estados Unidos aceptó a cabalidad la denominación con la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), la producción aumentó de forma exponencial hasta los actuales 250 millones de litros de tequila que se destilan cada año.

Si prospera la NOM-199, komil será la “bebida alcohólica producida fuera de las denominaciones de origen que utiliza como materia prima algún agave”.

El texto de la NOM además prohíbe a los productores del destilado “ostentar en su información comercial referencia alguna a las variedades vegetales reconocidas en las Denominaciones de Origen, por lo que estará prohibido que informen a los consumidores que se trata de un producto destilado de agave”, alertó el investigador.