Las casillas cerraron en la Costa Oeste y la información que dosifica a cuenta gotas CNN en las televisiones que tienen prendidas en este bar de Harvard sugieren que el presidente Obama logrará su cometido y dirigirá el país durante un segundo periodo. Uno a uno los estados del oeste, donde seguramente todavía tienen temperaturas compatibles con el agua líquida en vez de estos frios infames de la Nueva Inglaterra, han sido anunciados a favor de Barack Obama y la reacción de los clientes del bar, la mayoría de los cuales deben ser estudiantes de Harvard, celebran como si fuera el gol que define el mundial de fútbol.

Después de California, el anuncio de que el Partído Demócrata logró el control del senado se llevó la mayor celebración de la noche. En contraste, los abucheos a las victorias Republicanas fueron aumentando durante la noche desde el tímido “meh” en respuesta al anuncio de que el GOP conservará el control de la cámara baja hasta el fuerte abucheo cuando la televisora anunció el triunfo de Romney en Montana.

La celebración se detonó cuando, a las 23:18 h, se anunció el pronóstico del triunfo del Presidente Barack Obama, diagnóstico con el que coinciden The Huffington Post, MSNBC y hasta Fox News, medio que abiertamente favorece las posiciones más radicales del Partido Republicano.

Después de la celebración que incluyó gritos high-fives, abrazos y besos durante varios minutos se ha convertido en celebraciones más privadas al interior de cada grupo, donde se analiza el resultado y cómo era inevitable, esperado, sorpresivo o contundente. “Te lo dije” o “Estuvo difícil” son frases muy frecuentes.

Hace cuatro años, coincidentemente, estuve en California cuando Barack Obama ganó su primera elección presidencial. El ánimo se sentía diferente. En aquella ocasión la concurrencia del bar en el que me encontraba, en las inmediaciones de UCLA, estaba muy contenta y extremadamente conmovida. La esperanza del cambio, que muchos no creían que fuera posible, se materializó. Lo de hoy es una fiesta total.

Esperemos que en este segundo periodo se consoliden reformas a favor de la mayoría y que, una vez pasado el periodo electoral, el Presidente Obama logre la reforma migratoria, implemente políticas públicas que son urgentes para mitigar el cambio climático -y no la vacilada del “clean” coal- y demuestre que se merece la confianza que sus conciudadanos han depositado en él.

Y aquí le paro para regresar a la celebración y estar atento al discurso de victoria.