“Ahora el
objetivo debe ser
incorporar la sostenibilidad
en el
ADN de nuestra sociedad
global e interconectada.
El tiempo
es el recurso natural
más escaso”

Elinor
Ostrom
No, no me refiero al
señor Quadri—y en algún momento escribiré sobre cuan ofensivo es
que le digan “académico” a ese señor. Más bien quiero
compartirles esta crónica sobra la conferencia que dictó el
domingo pasado la reconocida ecóloga marina Jane Lubchenco durante
la inauguración del 97ºCongreso de la Sociedad Ecológica de Estados Unidos,
acá en Portland, Oregon. En 2009 la profesora fue designada por el
presidente Obama para encabezar la NOAA, la dependencia encargada del océano y la atmósfera,
una suerte de combinación entre servicio meteorológico e instituto
de la pesca, y la conferencia sirvió para reflexionar sobre algunos
aspectos de su gestión.
En su plática, la
doctora Lubchenco, quien inició su carrera académica en la
Universidad Harvard y después se estableció en la Universidad
Estatal de Oregon, reflexionó sobre cómo las actividades humanas
han alterado a este este planeta, incluyendo a su estructura física,
su composición química, su naturaleza biológica y sus
interacciones ecológicas. Estos cambios tienen consecuencias
directas sobre el bienestar de los humanos, como lo han documentado
en la región de la costa del Golfo de México, de este lado de la
frontera, donde el vigor de la economía depende directamente de la
salud de sus ecosistemas.
Lubchenco, quien
también ha sido presidenta de la Sociedad Ecológica que organiza
este congreso y de la Asociación Americana para el Avance de la
Ciencia (que entre otras cosas publica la revista Science), también hizo énfasis en que no nos podemos
quedar esperando a que llegue una solución absoluta y de aplicación
universal para los problemas ambientales que aquejan a este planeta.
Más bien hizo énfasis en la importancia de las acciones
individuales y relató cómo ha sido el trabajo de la NOAA bajo su
gestión.
Desde que tomó las
riendas de la NOAA, consiguió que la dependencia utilizara a la
ciencia como andamiaje para sus políticas públicas y para
implementar soluciones a los distintos problemas de su competencia.
También, reconocieron que las políticas ambientales requieren de un
pensamiento holístico. Ésto no se refiere a buenas vibras ni
magia, sino a considerar que los especialistas de distintas
disciplinas deben trabajar en conjunto para generar soluciones y que
las distintas partes de los ecosistemas están interconectadas. Por
ejemplo, si hablamos de la salud de los océanos, la autoridad
agrícola también debe estar involucrada porque la entrada al mar de
aguas muy contaminadas con agroquímicos pueden afectar a los
ecositemas marinos.
Otro par de medidas
que implementaron en la NOAA y que me llamaron la atención fueron el
“enfoque precautorio” y la “política de integridad
científica”.
Sobre el primero,
ofreció el ejemplo de cómo en el ártico prohibieron una pesquería
hasta que hubo suficiente evidencia científica de que se podía
pescar de forma sustentable. Un poco en contraste a como ocurren las
cosas en nuestro país donde más bien sucede al revés: primero se
dan los permisos para alterar los ecosistemas y sólo cuando se
demuestra que será desastroso se echa para atrás. A veces.
Por su parte, la
política de integridad científica se refiere a que cualquier
científico de la NOAA puede publicar sus hallazgos en revistas
especializadas además de comunicarlos a la prensa sin tener que
pasar por el filtro de algún administrador. Esto es un notable
contraste con el régimen de George W. Bush, pues durante su
administración hubo quejas de algunos científicos cuyos hallazgos
fueron censurados y hasta modificados para ajustarse a la política federal.
Lubchenco terminó
su conferencia invitando al auditorio a involucrarse en el servicio
público, incluyendo presentarse como candidatos para puestos de
elección popular(recordemos que en EEUU sí existen las candidaturas
independientes, aunque la mayoría de la gente se identifica con uno
de dos partidos). Señaló cómo es mejor tener especialistas con
una sólida formación científica, pero con la apertura para el
trabajo interdisciplinario, en los sitios donde se deciden las
políticas públicas, agregando que puede ser un trabajo por demás
gratificante.
Antes de que se
termine este año habrá cambios de los altos mandos en las distintas
agencias de gobierno en nuestro país. Considerando los retos que se
nos vienen encima, para los que la ciencia puede aportar soluciones
sostenibles en el largo plazo, sería muy bueno ver a los mejores
científicos de México encabezando a las dependencias donde se toman
las decisiones.
Adenda
1.
Que
dijo
que
siempre
no.
El
canciller
Boliviano,
aclaró que
su
declaración
sobre
la
expulsión
de
Coca-Cola
fue
sacada
de
contexto
y
que
él
más
bien
se
refería
a
que
habrá
un
cambio
de
mentalidad
y
de
época
una
vez
llegado
el
solsticio
de
invierno
de
este
año.
2.
Brecha
digital.
Algo
que
me
me
ha
llamado
mucho
la
atención
es
que
básicamente
no
hay
sitios
con
internet
gratis
acá
en
Estados
Unidos.
En
contraste,
en
el
centro
de
convenciones
los
lugares
donde
antes
había
teléfonos
públicos
se
convirtieron
en
“estaciones
para
laptops”.
3.
La
UNAM
está
de
fiesta.
Antier
arrancaron
las
actividades
de
la
nueva
Escuela Nacional de Estudios Superiores (ENES) en Morelia.
Después
de
varias
décadas
de
no
abrir
escuelas
nuevas,
la
UNAM
abrió
el
año
pasado
a
la
primera
ENES
en
León,
Guanajuato.
Cuando
esté
terminada
atenderá
a
unos
15,000
estudiantes,
más
o
menos
la
mitad
de
la
capacidad
de
la
Universidad
de
Guanajuato.
La
ENES
Morelia
es
más
modesta
y
nada
más
atenderá
a
3,000
estudiantes
cuando
esté
concluida.
Por
lo
pronto,
arranca
con
casi
150
estudiantes
de
las
nuevas
licenciaturas
en
ciencias
ambientales,
geociencias
y
literatura
intercultural.
A
partir
del
próximo
año
también
habrá
geohistoria
e
historia
del
arte,
que
por
cierto,
es
la
licenciatura
número
100
de
la
UNAM.
Van
una
felicitación
y
los
parabienes
más
efusivos
para
los
ejecutantes
de
este
proyecto
y
para
los
alumnos
que
tienen
la
fortuna
de
participar
en
este
momento
histórico
para
la
universidad.